En SLC nos centramos en la selección de personal por valores al momento de identificar los candidatos ideales para un puesto de trabajo en una empresa.
¿Por qué?
Porque consideramos que la alineación de valores del candidato con la empresa es un factor clave del éxito del proceso de selección.
¿Qué son los valores?
¿Por qué estamos más acostumbrados a evaluar competencias que valores?
¿Solemos confundir valores con habilidades?
Desde luego que las competencias y habilidades con las que cuente un candidato son fundamentales para desempeñar su rol correctamente, sin embargo, en este artículo queremos hacer foco en el hecho de que esas competencias de ningún modo resultan suficientes.
Llamamos valores al conjunto de principios de una persona que le permiten orientar su conducta o comportamiento observable.
¿Y en una empresa?
Una organización no deja de ser la suma de los valores y comportamientos de las personas que trabajan en ella y es a eso a lo que llamamos cultura empresarial.
¿Qué tipo de valores existen?
Cuando hablamos de valores nos alineamos con la siguiente tipología:
- VALORES ÉTICO SOCIALES: Se trata de aquellos que vinculan a las personas con el afuera, con lo que las rodea (de los demás hacia uno – de uno hacia los demás) Ejemplos de este tipo de valores pueden ser el respeto, la sinceridad, la justicia, la cooperación, la generosidad, la lealtad, la humildad, la transparencia, la integridad, la honestidad, la equidad, la dignidad, la solidaridad o la confianza, entre otros.
- VALORES EMOCIONALES: Se trata de aquellos que conectan a las personas con sus emociones y que están implícitos en el desarrollo personal. Nos referimos a valores como el optimismo, la alegría, la compasión, la autoestima, la calma, el autocontrol, la empatía, la paciencia, la pasión, la ilusión, la curiosidad, etc.
- VALORES PRAGMÁTICOS: Se trata de aquellos que conectan a las personas con la “realidad”, los más directamente vinculados con la realización de cosas prácticas para lograr sus objetivos. Ejemplos de ellos son la perseverancia, la influencia, la determinación, la austeridad, la puntualidad, la eficacia, la disciplina, el profesionalismo, el orden, la seguridad, el sacrificio, la prudencia.
Resulta evidente, según todo lo expuesto, que para lograr el éxito en una incorporación, el candidato deberá compartir los valores de la organización a la que se incorpora. El éxito en el proceso de selección estará menos vinculado con las habilidades que posea que con lo alineada que esté la persona con los valores de la organización.
¿Tenés identificados los valores de tu empresa? ¿Te basás en la selección de personal por valores a la hora de contratar profesionales? Te leemos.