GEN IA: posibilidades y desafíos del nuevo paradigma

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Sí, definitivamente estamos viviendo un nuevo paradigma: es innegable que eso implica la adopción universal de la Inteligencia Artificial en los diferentes espacios de trabajo y producción. 

Revoluciona los procesos, revoluciona el modo de trabajo, revoluciona la gestión del talento profesional y con ello transforma múltiples aspectos de la gestión de recursos humanos, desde la atracción hasta la fidelización, objetivo cada vez más prioritario.

ChatGPT es una de las formas, quizás de las más populares, que adquiere la Inteligencia Artificial y está al alcance de cualquier usuario. Ya no solo se usa para tareas repetitivas, sino que está preparada para entender el comportamiento y el conocimiento humano.

Chat GPT, una de las formas del GEN IA

¿Para qué podemos usarla? Los usos son casi tan infinitos como la magnitud de la propia herramienta. Es posible crear contenido nuevo o editar el existente, con características mejoradas: voz, videos, fotos, textos, música, sitios web, etc.

A diferencia de la Inteligencia Artificial Original, la llamada GEN AI, es decir “Inteligencia Artificial Generativa” —a la que pertenece ChatGPT—, está basada en grandes modelos de lenguajes, en modelos de aprendizaje basados en redes neuronales que simulan comprender a partir de la representación que le permiten miles de millones de datos. 

Es decir, la GEN IA no solo categoriza datos, como su versión original, sino que a partir de la síntesis del conocimiento humano, persigue la posibilidad de recrearlo en sus múltiples combinaciones.

¿Por qué nos interesa la GEN IA en Recursos Humanos? 

Hemos hablado en otras oportunidades al respecto, tanto de sus ventajas como de sus riesgos, pero debemos seguir haciéndolo, sobre todo teniendo en cuenta que, según un informe de LinkedIn y Microsoft, el uso de herramientas de tipo GEN IA ha sido casi duplicado en el primer semestre de 2024. 

En la gestión del talento humano, combinando la GEN IA con otro tipo de soluciones, podemos intervenir en diferentes etapas. 

No solo en la identificación y reclutamiento de personal adecuado para cada puesto particular, recolectando y filtrando rápidamente cantidades enormes de currículums o programando las entrevistas, podemos utilizar este tipo de herramientas en áreas en las que antes solo cabía pensar en humanos. 

En el onboarding, por ejemplo, pueden aprovecharse estas tecnologías para diseñar módulos adaptados a las necesidades específicas de cada uno de los profesionales.

También a la hora de diseñar un plan de carrera adecuado o detectando áreas de mejora para cada empleado, personalizando la experiencia de formación y aprendizaje.

La GEN IA no solo puede automatizar y recolectar evaluaciones de desempeño, también es capaz de brindar feedback preciso y de manera continua para poder proponer oportunidades de desarrollo profesional pertinente. 

Podremos, por ejemplo, identificar las personas con características más apropiadas para roles de liderazgo y conducción, por ejemplo, y formarlas directa y anticipadamente para ello, con poco margen de error.

Hasta aquí algunas de las enormes posibilidades que al día de hoy nos brinda la GEN IA, ahora bien, ¿cuáles son los desafíos que implica? 

Desafíos de la GEN IA

Todo gran poder implica una gran responsabilidad, y sí, esta no es la excepción. Los desafíos que acarrea este cambio de paradigma son dignos de atender. 

Probablemente la capacidad de no marearnos ante la inmensidad de posibilidades que nos brinda esta tecnología sea nuestro mayor capital. 

Poder usarla en todo aquello que nos sume al tiempo que somos capaces, también y por igual, de identificar donde NO debemos aplicarla o cuando es fundamental que su uso se encuentre coordinado o al menos intervenido por humanos.

Podrían encontrarse muchos ejemplos, pero probablemente los vinculados a entornos médicos y educativos sean los más claros. En ambos espacios el uso de la GEN IA puede ser de gran utilidad y mejora, pero estaremos de acuerdo en que comunicar una enfermedad o acompañar un proceso de aprendizaje requiere de la presencia humana, de un cara a cara irreemplazable por emociones simuladas.

Otros espacios, quizás menos evidentes pero también claves, son aquellos que requieren de la presencia humana para la toma de decisiones críticas o la evaluación de sesgos cognitivos antes de la aplicación de IA en diferentes áreas y procesos, como por ejemplo la selección de personal.

Nuevos trabajos: innovación y obsolescencia

En línea con los desafíos que tenemos por delante, el recambio de puestos de trabajo es probablemente uno de los más álgidos y delicados. 

El uso de la GEN IA convierte en obsoletas a ciertas tecnologías y, consecuentemente, a ciertas habilidades profesionales y los roles que implican. 

Debido a la incorporación de estas tecnologías, se prevé que en los próximos 20 años serán obsoletos más del 30% de los roles actuales a nivel global y que el 27% de los empleos están camino a ser automatizados. 

¿Esto hace que ese porcentaje de profesionales sea incapaz de volver a trabajar?

De ninguna manera. O no debiera serlo y por eso constituye un desafío. 

Este escenario nos obliga, colectivamente, a reclamar e implementar medidas de reconversión laboral/profesional y de capacitación para la actualización de habilidades (reskilling y upskilling).

El aprendizaje continuo, la adaptación al cambio, la resiliencia, no son solo demandas de los nuevos tiempos, también son desafíos que surgen a partir del uso de las nuevas tecnologías. 

Así como muchos roles van a desaparecer debido a la posibilidad de ser automatizados, hay otros nuevos que irrumpen en el mercado y son cada vez más demandados por los profesionales a las áreas de recursos humanos que se encargan de formación y capacitación. 

Hablamos, por ejemplo, del trabajo de prompt engineer, es decir, la capacidad de elaborar instrucciones cada vez más precisas para la GEN IA. También podríamos mencionar todos aquellos que tienden a promover una cultura colaborativa con la Inteligencia Artificial. 

Conclusión 

No, el camino no es la automatización de todo a cualquier costo, sino la identificación del justo equilibrio que nos permita una armónica transición en la que el uso de la IA implique mejoras y no su contrario. 

En síntesis, sería necio negar la irrupción y las ventajas de la GEN IA, tanto como los perjuicios o desafíos que reporta. Toca entonces estar muy atentos para capitalizar esta enorme oportunidad de utilizar la IA a nuestro favor, sin perder eso que nos caracteriza como especie humana: la capacidad de sentir emociones, la de empatizar y la de buscar un propósito compartido con conciencia, ética y sentido común.